La cifra más errática de Black Sabbath: 75.000 dólares en cocaína y 60.000 en grabar su ‘Vol. 4’

Rememoramos la fase más errática de Black Sabbath, en la que la banda se gastaba más dinero en droga que en hacer música

A mitad de los años ’70, Black Sabbath eran los reyes del mundo, nadie podía pararles ni a ellos ni a su exageradísima adicción a las drogas. No son pocas las veces en las que te hemos hablado de la conducta errática de Ozzy Osbourne en aquella época, en la que, de hecho acabó siendo despedido de la banda y que, además, le hizo componer una de las canciones de su último disco, «It’s a Raid», que graba junto a Post Malone. Sin embargo, aún no hemos explicado la magnitud de sus locuras con todo detalle. 

Para hacernos una idea de la situación, en 1972, cuando la banda se encontraba grabando su ‘Vol.4’, encargaban cocaína, relajantes musculares y muchos otros tipos de sustancias para que se la trajeran en aviones privados. Los jóvenes músicos tenían toda una pila de billetes para gastar y no dudaban en reparar en gastos para ponerse ciegos. 

Esta fue la etapa en la que la banda alquiló la masión de John Du Pont, un conocido millonario, en la que montaron algunas de las fiestas más salvajes de su historia. Al final, en lugar de hacer música, la banda no paraba de consumir estupefacientes. Cuando se le fue de las manos, Ozzy acabaría pagando el pato, pero no cabe duda de que todos los integrantes de la banda vivieron, durante un tiempo, en un idilio narcótico. 

El mismo Geezer Butler afirmó, en su momento, que durante aquel año, el conjunto inglés se gastó 75.000 dólares en cocaína, mientras que solo invirtieron 60.000 en su, por otro lado, obra maestra musical. En la autobiografía de Ozzy Osborune, ‘I Am Ozzy’, publicada en 2010, el músico explicó que llegó un punto en el que llegaron a estar confusos con las ingentes cantidades de droga que pasaban por su domicilio compartido:

«Llegó un punto en el que nos comenzamos a preguntar de dónde narices había salido toda esa cocaína… Te lo digo en serio, era la coca más blanca, pura y potente que te pudieras imaginar. Tras una línea, te sentías el rey del universo«, recoraba. En aquel momento, probablemente no tuvo en cuenta que aquella sensación tendría un precio muy alto. 
 
Aquella sustancia blanca, de hecho, iba a dar título a su futuro disco, aunqure al final, se quedó solo en una canción dentro del disco: «Para mí, ‘Snowblind’ fue uno de los mejores discos de la historia de Black Sabbath, aunque la compañía discográfica nos obligara a cambiarle el nombre. La cocaína era algo grande en aquel entonces y ellos no querían provocar controversia. Nosotros no se lo discutimos«, explica Ozzy en el mismo libro. 

El resto de la historia ya la conoces. Los miembros de Black Sabbath estaban drogados y alcoholizados constantemente y eso tuvo que cambiar por su propio bien. Cuenta la historia que uno de los peores episodios llegó cuando Geezer Butler casi se suicidó después de que alguien le metiera ácido en su copa. Poco tiempo después, el bajista se dio cuenta de que tenía que dejar, de una vez por todas, de consumir cualquier tipo de sustancia. Por suerte, con el paso del tiempo, la banda fue abandonando su comportamiento autodestructivo, lo cual les permitió continuar sacando música durante muchos, muchos años. Ozzy, aunque fuera del conjunto, iría dejando también el consumo de sustancias, aunque, eso sí, bastante después que sus compañeros.